Por ti dejaría nena mis vicios,
incluso el del amor a las mujeres,
para engancharme al amor de la mujer.
Incluso sin conocer el oficio
de pintor de lirios, ni de libros,
ni el de liebres que corren y a su vez,
tan libres de estrés y de dominios,
no conocen a demonios que nunca,
ni ojos de punta consiguieron ver.